Una desvinculación no siempre es simplemente “una mala noticia”, también puede significar puertas que se abren y poner el foco en mejorar la empleabilidad de las personas.
A nivel mundial estamos viviendo una paradoja: se necesitan cada vez talentos más especializados, los cuales escasean, y al mismo tiempo las empresas están en plena reestructuración y eso hace que se desprendan de algunos de sus colaboradores.
Para estos últimos queremos hacerles saber que esto no significa el final de una carrera, simplemente es reacomodar y empezar nuevamente a evaluar alternativas. Y para esto las empresas pueden tener un rol protagónico, acompañándolos y mostrándoles qué caminos tienen frente a sus ojos.
Desde la división Right Management, de Talent Solutions, tenemos un programa de Outplacement para que las organizaciones puedan asesorar y acompañar a sus talentos en el proceso de salida.
¿Por qué hacer esto? En la actualidad, toda acción que una empresa haga tiene su correlato en la imagen de marca y en la marca empleadora. Si nos enfocamos en esta última, que una firma no vea el impacto social que puede tener una desvinculación hablarían muy mal de ella, por eso desde el programa de Outplacement nos enfocamos en que ambas partes, compañía y trabajador, pueden ganar experiencia y conocimientos.
Mirada integral
En este sentido, es importante destacar que ocuparse de la salida de un empleado tiene numerosas ventajas para ambas partes:
- Para el talento: el programa se enfoca en desarrollar el networking y promover la empleabilidad, permite evaluar y desarrollar habilidades para fortalecer su autoestima y confianza, contribuye en su reinserción laboral o en una nueva etapa de su vida.
- Para la compañía: mejora la imagen de marca y de marca empleadora, incrementa la fidelización interna y minimiza los riesgos legales.
Lejos de pensar en que el fin de la relación laboral con una empresa es una pérdida, hoy es visto como nuevas oportunidades que se abren y que también hay que forjar.
Y esto sucede en todos los niveles. En la base, la salida puede ser la oportunidad para preguntar qué aspectos técnicos y de soft skills son necesarios reforzar, indagar sobre dónde adquirir estos elementos y hasta negociar parte de la indemnización con un pago para cursos.
A su vez, para personas que están en el C-Level, atravesar el proceso de outplacement los puede animar a transformarse en asesores externos de la compañía. Otros aprovechan para desarrollar sus emprendimientos y algunos, los más atrevidos, le dan formato de negocio a lo que hasta acá había sido un hobby.
Todo esto se logra apoyados con herramientas de coaching, para que ambas partes aprendan de sí mismas, y también de la otra. Así, las empresas mejorarán la toma de decisiones ante reestructuraciones y también en cómo manejar la comunicación cuando hay que dar noticias complicadas.
Por su parte, los talentos se comprenderán mejor, podrán pensar qué tipo de futuro quieren, evaluar si necesitan un reskill y tener una noción concreta de cuál es su posición en el mercado.
En definitiva, cuando una empresa ofrece un programa de Outplacement todas las partes ganan.