Poder mantener una buena comunicación con el equipo es una de las habilidades buscadas en un líder, pero además debe poder motivar a los talentos para ir por más.
Se habla mucho de él pero, ¿de qué se trata? El feedback constructivo es una herramienta esencial en el desarrollo profesional, tanto para quienes lo reciben como para quienes lo brindan. Se trata de un tipo de retroalimentación que busca, más allá de señalar aspectos a mejorar, proporcionar un enfoque claro y positivo sobre cómo una persona puede crecer en su rol y potenciar sus habilidades.
Un mal feedback simplemente critica o resalta errores, en cambio el feedback constructivo se enfoca en ofrecer sugerencias concretas y viables para el mejoramiento, lo que lo convierte en un recurso valioso para el crecimiento continuo.
En un entorno laboral, el feedback constructivo cumple un papel fundamental en la creación de una cultura de aprendizaje y mejora continua. Los colaboradores que reciben comentarios claros, específicos y orientados a la acción tienen una comprensión más precisa de sus fortalezas y de las áreas en las que pueden mejorar.
Esto no solo aumenta la confianza del colaborador, sino que también le brinda las herramientas necesarias para progresar en su carrera y desempeñarse mejor en su puesto.
Por otro lado, permite que los líderes se comuniquen de manera efectiva con sus equipos, fomentando relaciones laborales basadas en la confianza y la transparencia.
Promover el desarrollo
Un aspecto clave del feedback constructivo es su enfoque en el desarrollo, lo que implica que se debe centrar en el comportamiento o la acción y no en la persona. Esto es importante para que quien lo recibe no se sienta atacado o criticado en un nivel personal.
Por ejemplo, en lugar de decir "no sos lo suficientemente organizado", un enfoque constructivo sería señalar una situación específica y proponer una solución: "En la última reunión, noté que faltaron algunos detalles en la presentación. Quizás podríamos trabajar en una lista previa para asegurarnos de cubrir todos los puntos la próxima vez".
Este tipo de enfoque no solo ayuda a la persona a entender qué puede mejorar, sino que también le ofrece una herramienta concreta para hacerlo, lo cual es esencial para el aprendizaje efectivo.
El feedback constructivo también debe ser oportuno y relevante. Cuando se brinda de manera inmediata y se relaciona con un evento reciente, tiene mayor impacto y utilidad, ya que permite que la persona actúe sobre la situación mientras aún está fresca en su memoria.
Además, es importante que se brinde en un contexto adecuado, en el que el receptor se sienta cómodo para recibirlo y pueda hacer preguntas o pedir más detalles si es necesario. La forma en que se comunica también es fundamental: un tono positivo y un lenguaje empático contribuyen a que el mensaje sea bien recibido y asimilado.
Por último, una cultura organizacional que fomente el feedback constructivo beneficia no solo a los talentos a nivel individual, sino también a la empresa en su conjunto. Los equipos que trabajan en un entorno en el que se promueve el aprendizaje continuo y la mejora personal tienden a ser más productivos, creativos y comprometidos con sus tareas.
Es que cuando los colaboradores sienten que sus esfuerzos son reconocidos y que sus líderes están interesados en su desarrollo, es más probable que se sientan motivados y alineados con los objetivos de la organización.
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