En América Latina, 8 de cada 10 trabajadores asegura que sufre estrés crónico en relación a sus tareas laborales.
El burnout, o síndrome de agotamiento laboral, es una realidad cada vez más palpable en el mundo laboral, afectando significativamente a trabajadores en América Latina. Para tener una idea, solo en México el 75% de los trabajadores aseguró padecerlo, y hay países como la Argentina en la que ese número supera el 90%. Por eso, si hablamos a nivel regional, 8 de cada 10 colaboradores hoy está estresado.
¿Qué es el burnout? Es un estado de agotamiento físico, emocional y mental que resulta de la exposición prolongada al estrés laboral. Se caracteriza por una sensación de fatiga constante, desmotivación y disminución del rendimiento. Los trabajadores afectados experimentan un agotamiento extremo que afecta su salud mental y física, así como su capacidad para desempeñar eficazmente sus funciones laborales.
El gran problema es que este estrés no solo afecta a las personas, sino también a las empresas y su productividad, por lo que si no se detecta a tiempo puede provocar un circuito que vaya profundizando el problema.
Hoy, cuando se les pide a las compañías que tengan a sus colaboradores como centro de su estrategia, es imperativo focalizar en el bienestar de ellos, porque eso garantizará el éxito a largo plazo.
¿Qué síntomas indican que una persona tiene burnout?
- Reducción de la productividad: los empleados agotados tienen dificultades para mantener altos niveles de rendimiento y eficiencia en el trabajo.
- Aumento del ausentismo: el burnout a menudo resulta en mayores tasas de ausentismo, ya que los trabajadores afectados pueden necesitar tiempo fuera del trabajo para recuperarse.
- Desmotivación y rotación de personal: los colaboradores que están cansados son propensos a la desmotivación y al desinterés en sus roles, lo que puede contribuir a una alta rotación de personal.
- Ambiente laboral tóxico: la presencia generalizada del burnout puede contribuir a un ambiente laboral tóxico, afectando la moral y la colaboración entre los equipos.
- Costos de atención médica: las organizaciones pueden enfrentar costos adicionales asociados con la atención médica y el tratamiento de los problemas de salud física y mental derivados del burnout.
Medidas preventivas y soluciones
Ahora bien, la buena noticia es que es posible prevenir este síndrome y también tratarlo cuando ya se instaló. Para esto, las organizaciones deben poder hacer un diagnóstico y ponerse manos a la obra con acciones como:
- Programas de bienestar: ofrecer programas de bienestar que promuevan la salud física y mental de los empleados.
- Gestión efectiva del estrés: proporcionar recursos y capacitación sobre la gestión del estrés para ayudar a los empleados a manejar las presiones laborales de manera saludable.
- Flexibilidad laboral: implementar políticas de flexibilidad laboral que permitan a los empleados equilibrar sus responsabilidades profesionales y personales.
- Fomentar una cultura de apoyo: promover una cultura que valore la comunicación abierta, el apoyo mutuo y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
- Reconocimiento y recompensas: reconocer y recompensar los logros de los empleados para aumentar la motivación y el sentido de pertenencia.
El burnout es una preocupación que no debe subestimarse. Las empresas que priorizan el bienestar de sus empleados no solo fomentan un ambiente laboral más saludable, sino que también cosechan beneficios a largo plazo en términos de productividad y retención de talento.
La inversión en estrategias de prevención y apoyo es esencial para el éxito sostenible de las empresas en América Latina y en todo el mundo.