Estar a cargo de un equipo es más una responsabilidad que un privilegio. Por esto, dar la mejor versión de cada uno es la base para que los resultados sean los esperados.
Los ojos de ellos estarán sobre ti, para tu equipo tu actitud puede significar la diferencia entre conquistar las metas o fracasar en el intento. Un buen líder es el que conoce, tanto en lo personal como en lo profesional, a sus colaboradores, pero, antes, debe tener un trabajo consigo mismo para partir del autoconocimiento, que le posibilitará dar su mejor versión. Aquí, te brindamos consejos ser ese líder que todo equipo anhela tener.
- El ejemplo por sobre la palabra:
Por más que les hables mucho a tus colaboradores, ellos se verán más motivados por tus obras. ¿Qué tipo de actos? Sé el primero en cumplir los horarios, cumplí normas de comportamiento, estimulá el intercambio entre los integrantes, fomentá el buen clima con tratos amables y cuidadosos.
- Remarcá el éxito, advertí sobre los errores:
Cuando algo sale bien o mal no es lo mismo, y tampoco se debe dar el mismo tratamiento. Si el equipo o uno de sus integrantes tuvo un alto rendimiento, reconocelo públicamente. En cambio, cuando haya que llamar la atención, siempre es mejor hacerlo en privado. Claro está, todo lo que se haga cara a cara tendrá mejor recepción.
- Efectividad al reunirse:
Está demostrado que la suma de reuniones no impacta, necesariamente, de manera positiva en los resultados, pues a veces todo lo hablado se dispersa y no se plasma en acciones. Por eso, es mejor ahorrar tiempo e invertir la energía en generar lazos de confianza dentro del equipo, para que el mismo se pueda autorregular.
- La comunicación, tu valor agregado:
Que mantengas informado a tu equipo es esencial. Para esto debes establecer un código y un canal directo y efectivo. Del mismo modo, dejá siempre el espacio abierto para que los colaboradores puedan acercarte sus inquietudes. Es importante que ellos sientan que pueden expresarse libremente, y que pueden contarte tanto un detalle laboral como algo personal que los esté inquietando.
- Encuentra a tu líder:
Para ser un buen líder tenés que haber vivido la experiencia de contar con una guía ejemplar para tu trabajo. Invertí tiempo en dar con esa persona y generá un vínculo que incluya desde aspectos laborales hasta que te permita compartir tus inquietudes personales como tu propio desarrollo de carrera o cómo establecer el equilibrio entre la vida personal y la profesional.