Familia + trabajo = organización

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Publicado el 04/03/22

Muchas veces pensamos en cómo adaptar nuestras tares laborales en un entorno doméstico o viceversa, pero por qué no aprender a hacer que ambos mundos convivan. 

Hay que reconocerlo: esta etapa de home office no es algo que hayamos planificado, pedido y, menos, organizado. A esto hay que sumar que no solo nos está pasando a nosotros: al mismo tiempo nos encontramos en el hogar parejas, hijos, hermanos, compañeros de vivienda. Una superposición de tareas y personalidades que deben convivir en un mismo espacio, respondiendo a diferentes exigencias.  

Entonces, ¿cómo es posible seguir esta rutina sin lastimar los vínculos? Está claro que, con tantos meses transcurridos de aislamiento social, y previendo que esta medida seguirá vigente, llegó el momento de generar una organización que trasciende lo laboral: se necesita una organización familiar.  

Esto implica poder ponerse de acuerdo entre todos los integrantes.

Si bien las empresas comprendieron que sus colaboradores no están solos frente a las pantallas, eso no significa que a más de uno trabajar con sus hijos alrededor no los distraiga.  

Para esto es preciso que cada uno exprese qué necesita con claridad:

  1. En qué momento de la semana precisará silencio o no ser interrumpido.  

     

  2. Qué días no podrá encargarse de las tareas domésticas. 

     

  3. Cuándo tiene entregas que son importantes para él o ella.  

     

Es bueno que esto lo expresen tanto adultos como niños y niñas, pues la sobrecarga puede afectarnos a toda edad.  

Como herramientas que ayudan en la organización, se puede crear un calendario online compartido para que todos puedan ir agendando allí sus actividades, tanto laborales como domésticas. Y, si no, el tradicional calendario pegado en la puerta de la heladera no pierde vigencia.  

Como en los equipos de trabajo, en este momento las familias deben funcionar como un scrum, en el que hay que comunicar por sobre todas las cosas, pues prevenir malestares hará que no se desvíen energías en tener que solucionar algo evitable.