Burnout, un mal que sigue en cuarentena

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Publicado el 04/03/22

Aunque la gran mayoría de los trabajadores está hoy haciendo home office, esto aumentó la sensación de agotamiento. 

Lo que en una primera instancia parecía favorecer que muchos se relajaran al combinar la jornada laboral con la estadía en sus hogares para cuidarse de la pandemia, en realidad resultó ser todo lo contrario.  

Numerosos estudios resaltan que la mayor parte de los trabajadores hoy indican estar más cansados durante el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) que antes, cuando iban diariamente a las oficinas.  

¿Por qué se da esto?

Muchos aseguran que no encuentran un espacio en el que puedan desconectarse. Además, aunque puedan replicar rutinas en casa, no son pocos los que perdieron un espacio de relajación o esparcimiento. Quienes conviven lo saben: estando en casa siempre podemos ser interrumpidos, más si se es padre o madre. 

A esto hay que sumar que a muchos les costó la organización laboral, y eso llevó a que se extiendan por demás los horarios en que se está conectado. Otros, en cambio, por no poder desarrollar acciones fuera de la vivienda, empezaron a dedicarle más tiempo al trabajo, algo que luego se les hizo difícil cortar.  

¿De qué se trata el burnout?

Refiere al exceso de trabajo y al impacto que éste tiene en la salud de las personas. Hacia fines de 2019, este problema fue calificado como un trastorno mental dentro de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).  

Lo interesante es que este organismo internacional lo asocia tanto a tener empleo, como también al desempleo. Lo central es que se trata de un estrés crónico, que no se pudo manejar de un modo saludable.  

 
agenda-organizada

Por todo esto, es recomendable llevar una agenda y rutina organizada del trabajo. Esto implica:  

 

  1. Poner horarios de conexión y desconexión.

     

  2. Reservarse días y horarios sin reuniones virtuales, para poder sentir que se avanza con las tareas pendientes.

     

  3. Respetar las rutinas familiares: darse un tiempo para almorzar, tal como cuando se salía de la oficina.

     

  4. Una vez al día, darse un gusto para uno: leer, escuchar música, hacer una rutina de yoga o ejercicios. Lo que cada uno más disfrute.  

     

  5. Cada hora, tomarse unos minutos para reacomodar la postura corporal, estirar y descansar la vista.  

     

Poder conectar y detectar los síntomas a tiempo puede ayudar a no prolongar el malestar que implica el estrés desmedido.