Saber de qué se trata y sus alcances es el comienzo para poder generar acciones y planes en esta dimensión que promete.
Ya se hablaba del tema, pero Mark Zuckerberg lo puso definitivamente en la agenda de las compañías, los gobiernos y hasta de la sociedad. Al fundador de Meta (antiguamente Facebook) le siguió Satya Nadella, CEO de Microsoft, quien tan solo un mes después aseguro que su empresa trabajará para construirse en torno a esta nueva tecnología. ¿De qué hablamos? Del metaverso, un concepto que ya está transformando el modo de trabajar, y también los talentos que se precisan.
Ahora bien, el metaverso no es nuevo, y si ahora se volvió un tema masivo y viral, y prácticamente domina las conversaciones corporativas de alto nivel, lleva más de tres décadas en desarrollo.
El término metaverso apareció por primera vez en la novela Snow crash, de Neal Stephenson. En esa historia de ciencia ficción existe una vida física y otra digital, que se combinan. Más cerca a nuestros días, la película Ready player one, dirigida por Steven Spielberg (basada en la novela de Ernest Cline) también explora las aventuras de un joven que se escapa de su realidad para meterse en un universo utópico y digital.
¿Qué cambió ahora para que hablemos tanto todos? Ahora la tecnología nos permite prácticamente ya estar experimentando el metaverso en cualquier momento, y al alcance de todos. Cada uno de nosotros puede tener su perfil en una comunidad, puede crear su propio avatar y hasta tener amistades que solo se desarrollan dentro del ecosistema de un juego.
En este punto, cuando se empieza a replicar la vida dentro del contexto del mundo gaming, la atención de las compañías y los usuarios se concentran en las nuevas vivencias que da el metaverso.
Un negocio virtuoso
Según Bloomberg Intelligence, este universo virtual podría suponer un negocio global de 800.000 millones de dólares para 2024. Esto tiene sentido cuando se ven las nuevas oportunidades de negocio para las marcas tanto para conectarse y comunicarse con sus consumidores, sino también con los colaboradores y toda su cadena de valor.
Para poder aprovechar al máximo lo que el metaverso ofrece es preciso también reconocer que hay que basarse en datos y conocer las plataformas y sus versatilidades. Para esto también es preciso planificar las inversiones, porque implica adentrarse en esta tecnología estar capacitado para tener un uso correcto y fructífero.
Uno de los grandes motores del metaverso lo conduce la industria del gaming, que ha sabido seducir tanto a jugadores como a las marcas. Y, desde los Recursos Humanos, sabemos que el juego actualmente es un modo de abordar tanto el proceso de selección como las capacitaciones de los talentos. Por eso, reconocer la mezcla entre estas tecnologías y saber su potencial puede poner a la empresa un paso por delante de su competencia.
En un momento en el que los talentos y los candidatos exigen flexibilidad, el metaverso puede ser el escenario donde se creen las nuevas oficinas, puede ser el punto de encuentro más allá del ámbito local, puede ser el espacio de prueba de productos que están en proceso de desarrollo. Las posibilidades son infinitas, y es precisamente un universo por construir.
Ahora es el momento de aprender a dominar las disciplinas y las habilidades que esta tecnología exige, porque es necesario estar preparado para lo nuevo y, de ser posible, poder estar un paso adelante para ofrecerle a los colaboradores y usuarios una experiencia grata tanto en la realidad meta como en la física.