Tengo a cargo el brindis de fin de año: ¿qué puedo decir?

2 min de lectura

Publicado el 19/12/25

Los líderes suelen ser los encargados de las palabras especiales al momento de levantar la copa. Muchos viven este momento con estrés por no saber qué decir. En esta nota los ayudamos para que puedan disfrutarlo.

 

Llega diciembre, se arma el encuentro de fin de año y alguien lo dice en voz alta o lo da por sentado: “¿decís unas palabras?”. Y ahí aparece la duda: porque no se trata solo de hablar, sino de decir algo que valga la pena, que no suene forzado y que represente de verdad al equipo.

El brindis de fin de año no es una presentación de resultados ni un discurso institucional. Es un momento humano. Breve. Emocional. Y, bien usado, puede dejar una huella positiva, que no implicó un desembolso de dinero, pero que deja sentadas las bases para encarar con fuerza el siguiente año.

Las palabras jutas

Primero, es esencial entender qué significa este momento para la empresa y, fundamentalmente, para el equipo. El brindis no es para: repasar métricas, justificar decisiones difíciles, dar órdenes para el año que viene.

El brindis es para agradecer, reconocer y cerrar. Si eso está claro, el resto fluye mucho mejor.

En segundo lugar, y para tranquilizar a quien lidere este momento, es importante reconocer que no hace falta tener grandes dotes de oratoria. De hecho, cuanto más sencillo y genuino, mejor. Podés empezar reconociendo algo que todos saben pero que no siempre se dice: que el año fue intenso, desafiante o cambiante.

Una frase honesta suele generar más conexión que cualquier discurso elaborado. Mostrar cercanía no te quita liderazgo, lo fortalece.

Poner al equipo en el centro

Quien levanta la copa debe tener en cuenta que el foco no es él o ella, ni la empresa: es la gente.

Nombrar el esfuerzo, la resiliencia, la capacidad de adaptarse, el trabajo silencioso que sostuvo el día a día.

No hace falta mencionar a todos ni entrar en detalles, pero sí dejar claro que los logros —incluso en un año difícil— no son individuales.

Además, el reconocimiento en un brindis no debería generar competencia ni incomodidad. No es el momento de rankings ni premios encubiertos. Es mejor hablar en términos colectivos, reforzando valores compartidos: colaboración, compromiso, aprendizaje, apoyo mutuo. Eso genera orgullo sin dejar a nadie afuera.

Mirar al futuro sin prometer de más

Para empezar a cerrar el discurso, es bueno sumar una breve mención al año que viene, siempre que sea realista. No hace falta prometer crecimientos, cambios o grandes planes. A veces alcanza con expresar una intención: seguir construyendo juntos, seguir aprendiendo, seguir cuidando el equipo.

El futuro, dicho con calma y sinceridad, transmite confianza.

El final del brindis puede salir del terreno laboral. Desear descanso, tiempo con quienes quieren, salud, energía. Recordar que hay vida más allá del trabajo es, paradójicamente, una de las cosas más valoradas en un líder.

Ahora, lo que conviene evitar: discursos largos, frases hechas que no dicen nada, ironías internas que algunos no entienden, mensajes demasiado corporativos, comparaciones con otros equipos o años “mejores”.

El mejor brindis es el que se siente cercano, no el que suena perfecto.

Una idea simple

Si necesitás una guía mental, podés pensar el brindis en tres partes:

  • Reconocer el año vivido (con honestidad).
  • Agradecer al equipo (con foco en lo colectivo).
  • Cerrar con un deseo (humano y simple).

Ser líder y hacer el brindis de fin de año no implica decir algo brillante, sino decir algo verdadero. Cuando las palabras reflejan respeto, gratitud y cercanía, el mensaje llega. Y muchas veces, ese momento breve es el que las personas recuerdan cuando piensan cómo se sintieron trabajando ese año.

 

Seguinos en redes sociales para enterarte de las novedades que tenemos de #ManpowerAr #Reclutamiento #Empleos #FindeAño