Es un momento de estrés, pero hay que saber resolver todos los desafíos que se presenten, porque hacerlo también es parte de nuestra carta de presentación.
Las entrevistas laborales pueden ser un escenario desafiante, especialmente cuando se enfrentan a preguntas incómodas. Ya sea sobre tu historial laboral, períodos de desempleo o expectativas salariales, manejar estas preguntas con gracia y confianza es crucial para dejar una impresión positiva.
Uno conoce sus puntos débiles, por eso es preciso ir atento y preparado para dar una buena impresión, y también para mostrar la evolución que se consiguió. Por eso, estas son algunas estrategias para aprender a responder con elegancia las preguntas que puedan ser poco amigables durante la charla con el entrevistador.
- Anticiparse y prepararse: haz un repaso exhaustivo de tu currículum y antecedentes laborales antes de la entrevista. Identifica posibles puntos débiles o lagunas en tu historial para que no te tomen por sorpresa.
- Reframing (reformulación): reformula la pregunta para dirigirla hacia tus fortalezas y logros. Por ejemplo, si te preguntan sobre un período de desempleo, puedes responder resaltando cómo aprovechaste ese tiempo para adquirir nuevas habilidades o realizar proyectos relevantes.
- Desvío hábil: cambia sutilmente la dirección de la pregunta hacia un tema más positivo. Por ejemplo, si te preguntan sobre un error pasado, puedes destacar cómo aprendiste de esa experiencia y mejoraste como profesional.
- Mejor ser conciso y positivo: responde de manera breve y concisa sin dar demasiados detalles. Enfatiza aspectos positivos y destaca lo que has aprendido de las experiencias desafiantes.
- Estrategia de "puente": utiliza frases como: "eso me recuerda..." o "hablando de eso..." para cambiar suavemente de tema. Este enfoque te permite mantener el control de la conversación.
- Enfatiza tu crecimiento: si se abordan errores o desafíos pasados, enfatiza cómo has crecido y mejorado desde entonces. Destaca cómo estas experiencias te han hecho más fuerte y más preparado para el puesto.
- Humor suave: en situaciones adecuadas, un toque de humor puede desarmar la tensión y permitirte manejar la pregunta con gracia. Sin embargo, evita comentarios que puedan ser malinterpretados o parecer poco profesionales.
- Cambia el enfoque hacia el futuro: si la pregunta incómoda se centra en el pasado, redirige la conversación hacia tus metas futuras y tu entusiasmo por el rol. Esto muestra que estás más enfocado en el futuro que en los posibles obstáculos pasados.
- Practica respuestas con confianza: hay que entrenar respuestas a preguntas incómodas con un amigo o mentor para ganar confianza. La práctica puede ayudarte a perfeccionar tus respuestas y manejar situaciones incómodas con tranquilidad.
- Establece límites: si una pregunta cruza límites personales o es inapropiada, puedes educadamente expresar que prefieres no abordar ese tema y volver a enfocarte en tus habilidades y logros profesionales.
Recuerda: la clave está en mantener la compostura, ser auténtico y responder de manera estratégica. La forma en que gestionas preguntas incómodas puede demostrar tu habilidad para manejarte en situaciones desafiantes y resaltar tu capacidad para mantener la calma bajo presión.
