Claves para tomar la decisión y adaptarse a un nuevo destino. Qué variables analizar para da el sí con seguridad.
Aceptar una posición regional de liderazgo es una decisión que puede marcar un hito en tu carrera profesional. Este tipo de oportunidades no solo ofrece un avance significativo en términos de responsabilidad y crecimiento, sino que también puede conllevar un cambio de destino, lo cual puede resultar desafiante.
Ahora bien, ante la oferta, seguramente surjan dudas: ¿podré con este nuevo reto?, ¿me adaptaré al nuevo destino?, ¿tengo las habilidades suficientes?, ¿qué pasa con mi familia durante este movimiento?
Por eso, antes de aceptar la oferta, es esencial hacer una evaluación exhaustiva de varios factores clave:
- Crecimiento profesional: evaluá si este rol se alinea con tus metas a largo plazo y si representa un avance en tu carrera.
- Desarrollo de habilidades: considerá las nuevas experiencias que adquirirás. Un puesto de jefatura regional te expondrá a una gestión más amplia y compleja, lo que puede ser invaluable.
- Condiciones laborales y beneficios: analizá la compensación y los beneficios ofrecidos. Asegúrate de que se adecuen a tus expectativas y necesidades.
- Equilibrio trabajo-vida: considerá cómo este nuevo rol afectará tu equilibrio entre el trabajo y la vida personal. La gestión regional a menudo implica viajes frecuentes y horarios extendidos.
- Complejidad del rol: evaluá las nuevas responsabilidades y desafíos. ¿Estás preparado para liderar equipos en múltiples ubicaciones y manejar operaciones a mayor escala? Del mismo modo, asegurate de tener los recursos necesarios para hacer bien tu trabajo.
- Impacto familiar: si el ascenso implica un cambio de ubicación, charlá con tu familia para saber si está dispuesta y es capaz de adaptarse a un nuevo entorno. Investigá sobre la calidad de vida que podrán tener en el nuevo destino, como colegios, clubes, servicios de salud y más.
Conocer y adaptarse
La adaptación a un nuevo destino y rol puede ser desafiante, pero con la preparación adecuada, es posible facilitar esta transición.
Lo primero que hay que hacer es investigar sobre el nuevo destino: cómo es su cultura, sus costumbres, tienen normas laborales diferentes. Comprender todo esto hará que entres con el pie derecho.
Una opción simple es recurrir a tu networking y charlar previamente con tus colegas que ya están en ese destino. Ellos pueden contarte no solo sobre cómo es trabajar allí, sino también sobre su día a día, podrás comprender si el estilo de vida se adapta a lo que te gusta hacer.
También es bueno que entrenes el idioma del lugar, ya sea que se trate de otra lengua o que tenga modismos diferentes a los que solés usar. Del mismo modo, informate sobre cómo son las rutinas allá: si cortan en el horario del almuerzo, si les gusta compartir momentos con un café, si prefieren solo charlas formales y más.
Para estar seguro, podés realizar visitas previas, conocer al equipo, ver cómo te sentís y qué imaginás cómo posible futuro.
Una vez que hayas hecho todo esto, es momento de empezar a trabajar sobre el plan y la estrategia de lo que será tu gestión, y para esto es indispensable que estés en diálogo con quiénes serán parte de tu equipo, porque ellos te podrán decir qué se adecúa más a la cultura local.
Como verás, aceptar una posición regional es una decisión importante que puede tener un impacto significativo en tu carrera y vida personal. Evaluar cuidadosamente los pros y los contras te ayudará a tomar la decisión correcta y a prosperar en tu nuevo rol y destino.
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