Todavía se impone la necesidad de achicar las brechas de género, tanto en materia de ingresos como de posiciones de liderazgo.
En la lucha por la igualdad de género en el ámbito laboral, es esencial reconocer y abordar la brecha existente entre mujeres y hombres en diversos aspectos profesionales. Aunque se han logrado avances significativos en las últimas décadas, aún persisten disparidades que afectan a las oportunidades laborales, la remuneración y el avance profesional de las mujeres.
Por ejemplo, la brecha laboral de género en la participación desigual en el mercado laboral sigue siendo alarmante. Según el informe Women in the Workplace, de McKinsey & Company, las mujeres representan el 47% de la fuerza laboral en los Estados Unidos, pero solo ocupan el 38% de los puestos directivos de nivel medio y el 21% de los puestos de liderazgo de nivel C-suite.
En el ámbito global, el Informe Global de Brecha de Género del Foro Económico Mundial mostró que la brecha en la participación laboral entre hombres y mujeres se ha estancado, con solo el 68% de la brecha cerrada.
Esto tiene un espejo en lo que sucede en los ingresos. Aún se sostiene una brecha del 25% entre lo que ganan los varones y las mujeres, siendo éstas las que más trabajan incluso sin recibir remuneración alguna.
Además, ese 25% es un dato que viene sosteniéndose de manera casi inalterable a través de los años, lo que hace pensar que para poder superarlo serán necesarios cambios culturales y profundos.
Brecha en la Representación:
La representación desigual de mujeres en sectores y roles específicos también contribuye a la brecha laboral de género. Según la consultora McKinsey & Company, las mujeres están subrepresentadas en sectores como la tecnología (TI) y la ingeniería, donde ocupan solo el 19% de los roles técnicos y de ingeniería en los Estados Unidos.
Incluso, según el informe Global Gender Gap Report 2023 (Informe global sobre la brecha de género de 2023) del Foro Económico Mundial, “la igualdad de género se está estancando: 131 años para cerrar la brecha”.
¿Qué significa esto? Que de acuerdo con el reporte, el ritmo del cambio se está volviendo más lento, y que de seguir en este modo recién llegaremos a una parida para el año 2154.
Por todo esto, si bien se han realizado progresos en la reducción de la brecha laboral de género en los últimos años, sobre todo al sostener el tema en la agenda, aún queda mucho trabajo por hacer para lograr una verdadera igualdad de oportunidades en el ámbito laboral.
Las empresas, los gobiernos y la sociedad en su conjunto deben tomar medidas concretas para abordar estas disparidades, incluida la implementación de políticas de igualdad salarial, el fomento de la diversidad en la contratación y el desarrollo de programas de apoyo para mujeres en el lugar de trabajo.
En última instancia, cerrar la brecha laboral de género no solo es una cuestión de justicia social, sino también una estrategia empresarial inteligente que puede impulsar la innovación, el crecimiento económico y el éxito a largo plazo de las organizaciones en todo el mundo.
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