Así lo indica la nueva investigación de Experis, que además detalla cuáles son los desafíos para su implementación.
La Inteligencia Artificial (IA) ya es parte de la vida laboral de más de la mitad de los colaboradores de las grandes empresas. Y el crecimiento no se detiene, ya que se estima que para fines de 2027 el 81% lo hará, marcando así un récord en la incorporación de esta tecnología.
Estos datos surgen de la última encuesta realizada por Experis, la marca líder en identificación y gestión de Talento Tecnológico y Digital de ManpowerGroup, que consultó a más de 40.000 empleadores en 42 países para entender el estado actual de la integración de la IA, así como previsiones sobre el valor que las nuevas tecnologías basadas en la IA pueden aportar a las operaciones de la plantilla y los recursos humanos para 2030 y más allá.
Los resultados indican que más de la mitad de las grandes compañías globales con más de 5.000 colaboradores (52%) utilizan actualmente la IA. Mientras que, un tercio (33%) que no son usuarios actuales afirman que su organización planea implementar esta herramienta en los próximos tres años.
Al ser consultados por los posibles retos organizativos para el despliegue de estas tecnologías, el 33% de los líderes empresariales globales encuentran el alto costo de inversión como el principal. Le siguen la preocupación sobre la privacidad y las regulaciones (31%), la falta de habilidades para utilizar la IA de forma efectiva (31%), la falta de herramientas apropiadas (26%) y la resistencia al cambio (26%).
Sin embargo, en todos los sectores y regiones del mundo, los encuestados creen que la IA tendrá un impacto positivo en el rendimiento empresarial y en la formación, contratación, incorporación, compromiso y diversidad de los colaboradores.
Por otro lado, la investigación plantea que para 2030, es probable que las tecnologías basadas en la IA se implementen en las dotaciones de personal de todo el mundo en diversas formas, entre las que se incluyen las siguientes:
- Democratización de la autoridad: distribuyendo la toma de decisiones y eliminando jerarquías, dando así más autonomía a los colaboradores.
- Análisis objetivo del rendimiento: evaluando la productividad con mayor precisión y transparencia.
- Desarrollo de competencias a medida: identificando carencias y recomendando estrategias para subsanarlas mediante programas de upskilling y reskilling.
- Formación rápida de equipos: creando equipos altamente capacitados, a más corto plazo, en tiempo real, según las necesidades del proyecto.
- Asistentes autónomos de IA: agentes artificiales con interfaces de lenguaje natural que actúan como asistentes personales, gestionando tareas diarias como reservas y responder emails.
De todas formas, la velocidad en la se adopte masivamente dependerá de la población de individuos que ya trabajen con estas tecnologías y del entorno normativo y ético en el que se produzca la adopción.
Además, para crear una estrategia de IA centrada en las personas, los líderes de las compañías deberán:
- Elegir las implementaciones que tengan sentido para su empresa y seleccionar a los socios adecuados.
- Considerar la infraestructura de Tecnología de la Información (TI) y la capacidad tecnológica existente.
- Rediseñar los puestos de trabajo en función del talento que ya tienen.
- Ampliar sus iniciativas de upskilling y reskilling.
- Comportarse éticamente a la hora de recopilar y gestionar datos de IA.
"La Inteligencia Artificial no debe verse como un sustituto de los trabajadores, sino como una poderosa herramienta que puede mejorar sus capacidades y mejorar los resultados en el lugar de trabajo”, afirma Marcelo Roitman, Managing Director de Experis.
Y concluye: “Esta investigación destaca la importancia de diseñar sistemas de IA que sean fáciles de usar y estén alineados con los objetivos y valores de la organización”.
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