Uno de los mayores desafíos de las empresas es dar con los candidatos que tengan las habilidades blandas que tanto se demandan.
Las empresas son claras cuando hablan de escasez de talento, y explican el por qué les cuesta tanto encontrar los candidatos que buscan: lo más difícil es dar con esos trabajadores que encierren en su persona las habilidades blandas que hoy el mercado le pide a los colaboradores.
Actualmente, 7 de cada 10 empleadores a nivel global no logran encontrar el talento adecuado para las posiciones que tienen vacantes, siendo esta la cifra más alta que registra la encuesta desde que se inició en el 2006.
¿Por qué sucede esto? Las compañías aseguran que no solo es difícil cubrir ciertas posiciones, sino que es aún más complicado encontrar personas con soft skills, porque justamente son las que más cuesta entrenar, y entonces se vuelve crucial que el profesional ya las traiga consigo.
Habilidades blandas
Las habilidades blandas son sumamente importantes, porque son el valor agregado de cada colaborador. Por ejemplo, tener una persona dentro del equipo con las skills de escucha activa y comunicación puede hacer que todo el trabajo fluya de una mejor manera, que un proyecto sea exitoso y hasta que se comprenda o no los requerimientos de un cliente. Es por esto que se volvieron esenciales.
La dificultad de estas habilidades es que son las más difíciles de encontrar, y entrenarlas no es algo que se puede hacer de un día para el otro. Implica muchas veces entrar en temas personales de los colaboradores, y se necesita que ellos y ellas quieran modificar sus sesgos, sus impulsos o hasta modos.
Pero, quienes lo hacen deben saber que aumentan notablemente su grado de empleabilidad, y que rápidamente destacarán en cualquier proceso de selección.
En este sentido, qué habilidades son las que buscan las compañías:
- Responsabilidad, confianza y disciplina
- Colaboración y trabajo en equipo
- Tomar la iniciativa
- Liderazgo e influencia social
- Pensamiento crítico, resolución de problemas
Pero a estas podemos agregar otras que son igual de esenciales, como la comunicación, la escucha activa, el learnability, animarse a aprender del error, poder dar y recibir feedbacks, la adaptabilidad y hay todavía más. Por ejemplo:
- Inteligencia, clave para la resolución de problemas.
- Curiosidad, para seguir aprendiendo.
- Humildad, para aceptar un error y corregirlo.
- Resiliencia, para poder mantener la estabilidad emocional.
- Empatía, para ponerse efectivamente en el lugar del otro.
- Integridad, sin esta todas las anteriores carecen de sentido.
Flexibilizar
En un contexto en el que cuesta encontrar a los candidatos que completen todos los requisitos, es un buen momento para poner en práctica la flexibilidad. ¿A qué nos referimos? A poder, mediante las entrevistas, detectar a aquellas personas que mejor encajen con la cultura empresarial, y así ir acercándonos al talento que más se aproxime al ideal.
Luego hay diferentes instancias para ir trabajando sobre las soft skills a través de capacitaciones y hasta con sesiones de coaching (pueden ser individuales o grupales, sobre todo dependiendo del nivel del colaborador).
Además, esto tiene un punto a favor en la creación de la marca empleadora: los profesionales buscan y prefieren a aquellas organizaciones que los ayuden a subir su empleabilidad y a desarrollarse en el más amplio sentido de la palabra.
Entonces, no solo se trata de encontrar el talento adecuado, sino también de ocuparse de la formación y conocimiento (incluso, podemos decir autoconocimiento) del mismo. Esto formará una imagen de marca que, con el tiempo, hará que los candidatos más adecuados se acerquen a la empresa y quieran ser parte de ella.
