Parece una palabra de moda, pero es mucho más que eso. Hoy, si una empresa se queda en el terreno conocido corre el riesgo de no subsistir en los próximos años.
Las empresas se enfrentan a una multiplicidad de cambios en estos momentos. La digitalización trajo nuevos modos de hacer negocios, pero también de pensar el proceso de creación de un producto y hasta de cómo debe ser el management de una organización. Cada compañía está en un punto de vértigo total, pues debe adentrarse de lleno en un terreno desconocido, pero que está ante la obligación de explorar.
En este marco muchas firmas tomaron el compromiso por innovar, y para esto apelaron a diferentes soluciones. Si bien es cierto que la innovación hoy es transversal a toda la organización, alguien debe guiarla, y acá surge el primer inconveniente.
Un modo en que algunos dan sus primeros paso es creando células innovadoras. ¿Cómo lo hacen? Convocan a diferentes colaboradores, de diversas áreas y perfiles, y comienzan con ellos a trabajar proyectos o soluciones a las que es necesario encontrarles un nuevo modo de aplicación. En ocasiones, esta estructura crece hasta formalizarse en una gerencia, que suele tener el nombre de Innovación o Transformación.
Claramente esta área tiene sus particularidades, pero se caracteriza por la diversidad, pues de los múltiples modos de mirar es que saldrá el pensamiento “fuera del tarro”. Los perfiles innovadores son tanto técnicos en temas IT como otros de disciplinas más humanísticas, pues se complementan. Al mismo tiempo, son early adopters: los primeros en usar determinada app de mensajería o ajustar su agenda a una nueva aplicación conectada a su Smartphone. Incluso, estos talentos se animan a cuestionar a sus superiores, algo indispensable si se quiere encontrar un nuevo modo de trabajar.
Por supuesto, para que todo esto se pueda dar se requiere tener como base una empresa lo suficientemente madura para soportar planteos y cuestionamientos, para saber que puede cambiar sin perder la esencia.
La innovación es hoy parte central en las empresas, pues es la puerta de entrada para la economía 4.0.
