La fuerza laboral, autodidacta y fiel al aprendizaje continuo, está a la espera de que las organizaciones se acerquen a sus nuevas habilidades. El trabajo de las empresas es prepararse para la era post-digital y así no desaprovechar el potencial de su gente.
Más del 70% de los líderes consideran que sus empleados son más maduros digitalmente que su propia organización.
Revolución de las Habilidades 4.0.
Se buscan personas: Los robots las necesitan
Mucho se habla del futuro del trabajo, pero: ¿realmente las empresas están mirando hacia adelante al pensarse integralmente?, ¿van al mismo ritmo que sus equipos? Sin dudas, los ejecutivos reconocen un déficit, pues más del 70% de ellos consideran que sus empleados son más maduros digitalmente que su propia organización.
¿Cómo afecta esto a la productividad de los departamentos? Desde los altos cargos señalan que hay una actitud de espera de los talentos, ellos aguardan que la compañía los iguale en conocimientos y también en las proyecciones de cómo se los puede aplicar en los procesos. Sin embargo, al ser profesionales con mucho foco en su propia empleabilidad no detienen su capacitación, que suele ser autodidacta y continua, por lo que lejos de ir hacia una igualdad en la ecuación de fuerzas se sigue ensanchando la brecha de saberes.
Las nuevas tecnologías obligan a los trabajadores a fortalecer sus habilidades y conocimientos en materia de digitalización, lo que sucede es que desde las empresas aún no han aplicado el mismo criterio para sus operaciones o, lo que resulta más engorroso, siguen seleccionando a sus recursos según las necesidades y estándares del modelo de negocio analógico. Es preciso que las compañías apoyen y tengan como meta la nueva forma de trabajar en la era post-digital, promoviendo el aprendizaje continuo. ¿El resultado? Trabajadores empoderados que potencian, agilizan y renuevan los procesos empresariales.
Por eso, uno de los focos que no deben perder de vista las firmas es la selección de sus talentos, generando equipos diversos para mejorar así la competitividad y creando soluciones más flexibles y eficaces, pensando tanto en respuestas internas como en aquellas que modifican directamente la relación de la marca con los consumidores. En la era post-digital todas las áreas se ven comprometidas por el cambio, y en ellas ya hay empleados que están un paso delante.
Muchos talentos están ya reinventando sus rutinas gracias a la tecnología, maximizando su productividad incluso en menos tiempo que lo que implica su jornada laboral. Si la empresa no es capaz de percibir esto, puede que deje pasar un gran potencial que bien encausado lo colocará en el verdadero futuro del trabajo.