Que una relación laboral llegue a su fin no es siempre sinónimo de malas noticias, de enojos o de decepción. Con un buen programa de outplacement es posible acompañar a los colaboradores, algo que resultará notablemente beneficioso para ambas partes.
En primera instancia, es preciso resaltar que cuando una empresa prepara la salida de una persona, entonces le demuestra a ese trabajador y a los que quedan, que no hay un abandono, sino que el cuidado está más allá del contrato formal. Esto es fundamental y constitutivo, para la marca empleadora.
Luego están los beneficios que recibirán los colaboradores. ¿Qué les puede ofrecer la compañía?:
• Asesoramiento legal integral para la nueva etapa.
• Asesoramiento previsional para personas en etapa pre-jubilatoria.
• Implementación de programas de transición de carrera o retiro (grupales e individuales).
• Asesoramiento contable y en emprendedurismo.
• Coaching de carrera.
En definitiva, esto le brinda al profesional asesorado un desarrollo networking, a la vez que promueve la empleabilidad. Con este acompañamiento siempre se abren nuevos panoramas, que le permiten evaluar y desarrollar habilidades para fortalecer su autoestima y confianza, y contribuye a su reinserción laboral o a encarar su nueva etapa de vida.
“Este programa consiste en acompañar a las personas en un proceso de redescubrimiento de sus capacidades, fortalezas y habilidades personales y laborales, consolidadas a lo largo de su trayectoria profesional”, cuenta Gustavo Aguilera, director de Talent Solutions y People & Culture de ManpowerGroup Argentina.
Y agrega: “muchas personas descubren un nuevo perfil propio ya sea emprendedor, artístico, creativo o financiero, fundamentalmente muy diferente y disruptivo en relación a aquel que han desarrollado hasta el momento. Esto lo detectamos a través de una evaluación de perfil conductual, de búsqueda de fortalezas y trabajo de las oportunidades de mejora que hace que, además, construyan su propia marca personal”, resume Aguilera.
