Aprender a liderar en la diversidad

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Publicado el 22/03/22

 


Qué tener en cuenta para no dejar a nadie del equipo por fuera de la estrategia. Cómo lograr que todos se luzcan y sean tomados en cuenta.


La diversidad es una cualidad que hoy se busca en los equipos, ya que asegura una multiplicidad de miradas y de representación sobre lo que sucede en la sociedad. Sin embargo, poder liderar estas estructuras puede ser complejos si uno no está preparado.


En esta nota les contamos qué tener en cuenta para generar dinámicas de trabajo en las que todos puedan dar su mejor versión:

  • Todos somos iguales: es importante que cada una de las personas del equipo se sienta igual que el resto, sin importar su edad, procedencia o modo de pensar. Esto implica que todas las voces tiene el mismo valor, y que son las virtudes las que marcan por qué prestarles atención y no otras características personales.

  • Valorar la diversidad: si bien el líder es el que pone en valor el rol que cada uno ocupa dentro del equipo, es importante que todos comprendan el valor que tiene el contar con compañeros con diferentes gustos, opiniones, y ninguna invalida a la otra, todo lo contrario. Es más, si se propicia un intercambio fluido hasta podrían complementarse de una manera natural, incluso, divertida.

  • Conociéndonos: es importante impulsar acciones que lleven a aumentar la comunicación y el conocimiento entre los integrantes del equipo. Esto ayuda a comprender desde dónde está partiendo cada uno al opinar o cómo se miran los problemas.

  • Escuchar la palabra de todos: darle a la multiplicidad de miradas el lugar que le corresponde es fundamental. Para esto es necesario que todos puedan opinar, y que en este punto no se sientan cohibidos o que lo que dicen luego no es tomado en cuenta. Por eso, es importante dar feedbacks grupales y personales para que las cosas siempre queden claras.
  • Tener reglas claras: en espacios diversos puede ser complicado llegar a los acuerdos, por eso el líder debe ser quien define las normas que serán la base para el actuar cotidiano. Y, claro está, se debe respetar.

Crear equipos auténticos es una de las grandes virtudes que hoy se busca para promover un trabajo más dinámico y diverso.