El trabajo no solo hay que hacerlo también hay que lucirlo, pues así ganarás notoriedad dentro de la estructura empresarial o, mejor aún, serás atractivo para los selectores.
¿Cuántas veces sentiste que tu trabajo no se lucía, que tu esfuerzo no era lo suficientemente valorado por tus superiores? Si eso te pasó, tendrás que preguntarte qué podrías hacer para mejorar eso, porque existe una herramienta que te ayudará a volverte visible: el marketing personal.
¿De qué se trata el marketing personal? Es una serie de estrategias que ayudan a que tus mejores características personales y laborales se vuelvan visibles y así puedas posicionarte desde tu marca personal: eso que te hace diferente.
Muchas veces no basta con que la entrega esté a tiempo y prolijamente resuelta, también influye el modo en que la contás, cómo se la transmitís a tus líderes. Para que puedas desarrollar tu marca personal es preciso que entiendas que se trata de un trabajo sostenido en el tiempo, que debés cuidar cada día. Entones, para comenzar, es bueno que analices tus fortalezas y aspectos a mejorar, para mostrar las primeras y empezar a capacitarte en los segundos.
Un trabajo no solo se entrega, también se comunica. Para esto las redes sociales son tus aliadas. En este punto, LinkedIn es la primera plataforma a revisar: tu CV debe estar completo y actualizado; siempre es bueno que compartas hitos laborales, desde un viaje, una charla que brindes o a la que asistas, incluso contenido interesantes sobre tu sector. Te mantendrá presente en los timelines de tus colegas.
Otro aspecto esencial es hacer lo mismo pero en el mundo analógico, es decir, aprovechá espacios de networking para relacionarte con tus pares, para entablar conversaciones en las que puedas contar tus desarrollos actuales. Esto es tan importante hacerlo puertas adentro de la organización como con profesionales de otras industrias o firmas.
Muchas veces las oportunidades son escasas, por eso es necesario que estés preparado para cuando surgen. Para eso, debés tener en claro qué es lo que querés comunicar y cuáles son las personas que podrían marcar una diferencia al escucharte. Un viaje en ascensor, un cruce en las máquinas de café pueden ser el momento que buscás para compartir una idea, una propuesta de mejora o hasta intereses personales que te vuelvan interesantes para presentarte para nuevos puestos.
No lo olvides, vos sos tu propio valor agregado, pero tenés que demostrarlo.