Jefe o enemigo: cómo detectar a los líderes negativos

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Publicado el 03/03/22

Pueden ser los responsables de tu estancamiento dentro de la organización o los que te desalientan al inicio de cada jornada. Cómo detectar a estas malas influencias.

Las personas no renuncian a sus trabajos, lo hacen a sus malos jefes. Esta máxima, repetida hasta el cansancio por los especialistas en RRHH, lamentablemente es confirmada por talentos que dejan buenas organizaciones porque padecen un eslabón dañado que ha llegado a puestos jerárquicos.  

Aunque numerosas investigaciones afirman cómo sube la productividad de los empleados cuando están motivados, a muchos les ha pasado verse ante la decisión de abandonar su empleo por no aguantar la presión, los malos tratos o, incluso, el acoso de los líderes negativos. Tanto es así, que en las líneas de denuncia que ya algunas firmas han implementado, la mayor parte de las quejas tienen que ver directamente con los vínculos entre jefes y subordinados.  

Estas relaciones complicadas y poco sanas llevan, muchas veces, a que el empleado cargue con la culpa de sentirse en falta en su rendimiento o trato con el jefe, pero es bueno recordar que no es así, que la responsabilidad está en la persona de mayor cargo.  

¿Quiénes son los malos jefes? Te damos algunos ejemplos:  

Abusivos: para él no existen límites, su equipo debe estar a disposición 24×7, y nadie puede darle un no como respuesta.  

Centro del mundo: todas las acciones, desde las macro hasta las micro, deben pasar primero por su mirada y aprobación. Esto desgasta al equipo, pero también genera una mala utilización del tiempo.   

Oídos sordos: nunca escuchan a sus empleados. No entienden las advertencias de posibles problemas, ni los pedidos para capacitaciones que serán esenciales en el futuro, ni pueden ver problemas vinculares entre los integrantes de su equipo.  

Nadie como yo: la desvalorización es una constante en su cotidiano. Siempre su toque final mejora todo informe o no existen sugerencias de acciones mejores a las suyas.  

Alabado: su debilidad está en su ego, por eso solo escuchan a quienes les “endulzan los oídos”. Uno de sus problemas es que suelen elegir a esas personas para promocionarlas o volverlas sus aliados en grandes proyectos.  

Sin creatividad: para ellos la creatividad es una disciplina sin explorar, y lo mismo quieren para sus empleados. Es importante salirse de su mirada para no quedar estancados y arruinar posibles ideas.  

Si tu jefe califica dentro de algunas de estas descripciones, es bueno elaborar estrategias para que sus fallas no coarten tu futuro.