Llegamos a la mitad del año y sentimos que ya no tenemos resto para lo que falta. ¿Es posible dosificar el esfuerzo o renovar las energías?
¿Cuántas veces sentiste que el fin de semana no fue suficiente para reponer energía? Sin dudas, fueron innumerables. Del mismo modo, en otras tantas situaciones pensaste que esa tarea extra que ponías en tu agenda iban a ser solo 5 minutos más, pero terminó haciendo que todos los días le dediques una hora más al trabajo, algo que le sucede tanto a quienes están relación de dependencia como a quienes son autónomos, pero los segundos tienen mucho más a esto.
Este tipo de actitudes provocan dos cosas: desordenan nuestro cotidiano y nos dan un cansancio extra. Por eso, siempre es bueno recurrir a la planificación del año y, mal que nos pese, aceptar nuestros límites antes de que el cuerpo lo haga de golpe. ¡No somos invulnerables al estrés! Tanto es así que la Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de catalogar al burnout como un trastorno mental.
Si tu idea es no decaer en productividad en la segunda mitad del año, es necesario ser ordenados y organizados. Y, por supuesto, como dijimos aceptar los límites. En este punto, hay que reconocer que nadie es perfecto, y pedir ayuda para que un compañero le dé una mirada a tu proyecto no es muestra de debilidad.
Vale la doble agenda, y con esto no queremos decir que te sobrecargues, sino todo lo contrario. Al empezar el lunes o el viernes a última hora, como prefieras, podés dedicarle media hora a organizar tu semana, y esto incluye los temas laborales y también los personales, porque estos van a ser tu cable a tierra. Además, te conviene tener luego planificadores por día, en los que siempre es mejor dejar espacios libres que serán ocupados por esas tares urgentes o para que puedas extenderte en algún proyecto si lo requiere sin que esto te estrese.
Otro punto importante es tener cuidado en los intercambios con compañeros y líderes. Muchas veces el cansancio te puede hacer ver todo de modo negativo y eso llevarte a tener solo opiniones no constructivas para con tus pares. Esto suele redundar en un mal clima laboral que genera un círculo perjudicial para todos.
También es fundamental confiar en el equipo, porque cuando el trabajo es repartido entre todos se agiliza la dinámica, se mejoran los tiempos de ejecución y el resultado es superador. Acordate, el esfuerzo de todos generará una solución más eficiente, porque habrá multiplicidad de miradas. Aceptar los aportes de los compañeros puede cambiarte la rutina laboral y mejorarla.
Por último, nunca abandones tus espacios personales. Hacer deporte, encarar un hobby o simplemente sentarte al sol con un libro puede ser el modo de recargarse. Esos momentos son para vos.