Acompañar a los talentos durante su retiro o salida de la firma es esencial para construir una marca empleadora fuerte.
Si la relación laboral entre talentos y compañías empieza antes de las búsquedas laborales, por qué pensar que se termina cuando un trabajador se desvincula, sin importar cuáles sean los motivos. A esta altura, está claro que si una firma quiere construir una marca empleadora fuerte, deberá continuar vinculado con sus excolaboradores, porque de eso depende definir sus valores.
Es por esto que las empresas no deben desentenderse de qué pasa con los trabajadores cuando dejan de pertenecer a la organización. “Debe existir una estrategia de desarrollo de talento. Las estructuras y las culturas corporativas deben ser dinámicas, flexibles y muy acompasadas con los cambios en las tendencias en el mundo laboral pero también con lo que acontece en las sociedades”, establece Gustavo Aguilera, Director de Talent Solutions y People & Culture de ManpowerGroup Argentina.
Esta estrategia debe ir más allá de la permanencia del trabajador dentro de la estructura, porque hablará bien de la empresa demostrar que “aquel que fue parte de la familia”, no es descartado o abandonado.
Sobre todo, porque en un mundo cada vez más VUCA, dinámico y acelerado, contar con aliados en otras industrias o firmas puede marcar la diferencia para conseguir nuevos contratos, sumarse a proyectos innovadores y mucho más.
Hoy ya nadie entra en una organización pensando que en ella se jubilará, por eso hay que plantearse las relaciones con los talentos como de doble vía. El modelo de la firma dominante quedó totalmente perimido.
En este sentido, no hay que ser ingenuos, la marca empleadora fuerte hará que la firma sea más atractiva para que nuevos talentos se acerquen a la compañía.
En definitiva, seguir en contacto con los ex colaboradores nos posiciona en el trabajo del futuro, que es cada vez más colaborativo y en red.