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Cómo negociar salario sin perder la oportunidad

Escrito por ManpowerGroup Argentina | 03/12/25

Es una de las acciones más desafiantes durante un cambio laboral. Muchos talentos se sienten nerviosos o dudan a la hora de comunicar cuánto quieren ganar.

 

A muchos candidatos les da incomodidad o directamente culpa negociar un salario. Creen que van a quedar mal, que el reclutador se va a enojar, que la empresa va a “bajar el pulgar” o que pedir un poco más es un acto de ingratitud.

Pero la realidad es muy distinta: negociar es parte natural de cualquier proceso de selección. De hecho, en la mayoría de las empresas esperan —y hasta valoran— que un candidato pueda expresar sus expectativas con claridad.

El problema no es negociar. El problema es cómo se hace. Y la buena noticia es que se puede negociar sin tensiones, sin confrontar y sin arriesgar una oportunidad real.

En este sentido, para empezar es importante entender que negociar no te hace menos profesional. Muchos candidatos creen que aceptar lo primero que se ofrece es sinónimo de compromiso. Pero los equipos de RRHH saben que alguien que no negocia puede estar tomando decisiones desde el miedo, no desde la claridad.

Entonces, negociar con datos y respeto demuestra madurez profesional: sabés lo que valés, conocés el mercado y podés conversar de temas sensibles sin perder el equilibrio. No es exigir, no es imponer: es alinear expectativas.

La clave: llegar preparado

Para negociar sin culpa, lo fundamental es informarse antes. Si no conocés el rango salarial de tu perfil, vas a sentir que estás improvisando. Por eso, antes de la entrevista: mirá sueldos de roles similares en portales especializados, chequeá informes salariales, hablá con colegas o ex compañeros, revisá los ajustes recientes del mercado.

Mientras más datos tengas, más seguridad vas a sentir al momento de decir tu número.

Así, cuando llegue la pregunta de cuánto te gustaría ganar, entonces podrás responder con mayor seguridad. Desde Manpower recomendamos usar un rango, nunca un número cerrado. Este formato te permite negociar sin quedar atrapado en una cifra.

Además, dar opciones suena profesional, razonable y abierto al diálogo. No hay nada agresivo en esa frase.

Por otro lado, si durante la entrevista el selector te da un número salarial y te parece que está por debajo de tus expectativas, entonces no dejes de decirlo e intentar negociar. Es importante no sentirse culpable, y dar explicaciones de por qué crees que tu participación podría aportarle valor a la organización.

En muchos casos, la empresa no puede mover mucho el número. Pero sí puede ajustar otros elementos: bono de desempeño, horario flexible, capacitación, días extra de vacaciones, política de trabajo híbrido o remoto, cobertura médica o herramientas de trabajo.

Cuándo aceptar y cuándo no

Si la empresa muestra voluntad, explica límites, es clara y transparente, es una buena señal. Si te escuchan, te respetan y te dan espacio para plantear tu punto, estás frente a una organización que seguramente también te tratará bien como colaborador.

Pero si te presionan a responder en horas, si minimizan tu pedido o intentan hacerte sentir culpable por negociar, eso también habla de la cultura interna. Negociar sirve para medir cómo será trabajar ahí.

Cuando sacás la culpa y el miedo de la ecuación, entonces aparece lo que realmente importa: la búsqueda de un acuerdo justo para ambas partes. No estás pidiendo un favor, estás haciendo algo que las empresas esperan de cualquier profesional: hablar de dinero con claridad, respeto y argumentos.

Y lo más importante: negociar bien no te quita la oportunidad. Al contrario: te posiciona como alguien que sabe lo que vale y que construye acuerdos adultos.

 

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