Ya sea en el CV o durante la entrevista laboral, es bueno que conozcas que puede mostrar tus habilidades incluso cuando aún no cuentas con práctica laboral.
Para muchos candidatos, especialmente quienes están dando sus primeros pasos en el mercado laboral, quienes quieren reconvertirse hacia otra área o quienes vuelven a buscar trabajo después de un largo tiempo, la frase “no tengo experiencia” suele sentirse como un obstáculo gigante.
Pero, en realidad, no es un problema en sí mismo: lo que importa es cómo contás tu historia, qué aprendiste de lo que sí hiciste y qué valor podés aportar hoy. Ningún reclutador espera que sepas todo. Sí esperan que puedas demostrar potencial, claridad y ganas de aprender.
La experiencia no empieza en el trabajo
El principal error es creer que la experiencia solo cuenta cuando aparece en un recibo de sueldo o en un contrato. Pero lo cierto es que los equipos de RRHH miran una definición más amplia. Por ejemplo, ellos miran:
Pero eso no es todo, también cuentan como experiencia tus acciones cotidianas. Por ejemplo, su cuidaste de tus hermanos, si tuviste la capitanía de un equipo deportivo, tus reconocimientos académicos, cómo manejás tus redes sociales. La clave está en traducir esas vivencias a competencias concretas.
Cómo contar tu historia de manera estratégica
Cuando no tenés experiencia formal, el foco se corre hacia tu potencial. Para eso, sirve trabajar en un relato breve y directo, que conecte quién sos, qué querés y qué podés ofrecer.
Para esto, es posible basarse en una estructura simple que te de seguridad y muestre tu perfil por completo. Por ejemplo, es ideal incluir:
Lograr combinar todos estos elementos en un párrafo te muestra profesional, honesto e incluso valioso. Entonces, es posible decir que uno no tiene experiencia laboral práctica, pero sí cuenta con experiencia en otros aspectos que sí podrían ser útiles para la compañía.
Reinserción y reconversión
Ahora, para quienes se alejaron por un tiempo del mundo laboral (los motivos pueden ser muy variados: maternidad, enfermedad, mudanzas, viajes o situaciones personales) o quienes quieren reconvertirse para empezar en una nueva área, entonces deben ambos saber cómo tomar sus habilidades aprendidas para el nuevo camino que quieren encarar.
El primer punto, para aquellos que estuvieron en pausa, es poder contarlo claramente, sin sentir vergüenza por las decisiones que se fueron tomando. Un aspecto a favor es establecer qué se aprendió durante esa experiencia lejos del mundo laboral.
Ahora, quienes buscan un rumbo nuevo, pueden partir de lo aprendido y cómo eso les despertó nuevas inquietudes o curiosidades. Es importante destacar si se fueron formando para este nuevo desafío y cómo lo hicieron.
En todos los perfiles, pero sobre todo en aquellos que no tienen experiencia formal, los reclutadores ponen especial atención en la actitud, la disciplina, la capacidad de aprender rápido y la curiosidad. Mostrar entusiasmo genuino, investigar sobre la empresa y hacer preguntas inteligentes suma muchísimo más de lo que se puede imaginar.
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