¿Necesita mi empresa un scrum máster?

2 min de lectura

Publicado el 03/03/22

Por qué hoy las grandes compañías han puesto su mirada sobre estos facilitadores de proyectos. 

Cada día en las oficinas de RRHH hay un puesto que resuena con más fuerza: el de scrum máster. ¿De qué se trata? Son facilitadores de proyectos, los que conducen a los equipos para que alcancen con éxito sus objetivos y quienes hoy tienen un rol clave para adoptar las tecnologías ágiles.  

Es cierto que la irrupción de estas metodologías está cambiando el modo de trabajar y la interacción dentro de los grupos, por eso es preciso repensar las estrategias, generar nuevas y revolucionar las estructuras empresariales. En estos contextos, los scrum máster favorecen la organización de los equipos y también la independencia de sus integrantes, para llegar al máximo potencial de productividad.  

La fama que están ganando los facilitadores parece tener un gran sustento, pues hasta el momento se estima que los proyectos que se ejecutan bajo su mirada aumentan en un 300% su efectividad. Por eso, las firmas están buscando lograr que todas sus áreas cuenten con estos profesionales, para que puedan crecer de manera pareja, y no provocar así un desbalance entre los sectores.  

Por todo esto, los scrum máster deben trabajar sobre las habilidades blandas (comunicación, gestión de equipos, negociación y motivación) de los talentos y, al mismo tiempo, ser los promotores de:  

 

  1. Que los miembros de los equipos trabajen de forma autoorganizada y con responsabilidad teniendo en cuenta al todo.

  2. Moderar  las reuniones. 

  3. Mediar y resolver obstáculos que pueden entorpecer la ejecución de las tareas.

  4. Gestionar las dinámicas de grupo.

  5. Configurar, diseñar y lograr una mejora continua de las prácticas de scrum en la organización.

Ahora bien, para lograr todo esto, el facilitador deberá apelar a diferentes técnicas para fortalecer aquello que viene funcionando bien en el equipo, pero también debe tener el valor para señalar las fallas, tanto individuales como grupales, y poder redefinir roles si eso fuera necesario para asegurar una mejor productividad del todo.