Estamos ante una oportunidad única: poder darle al mundo laboral la impronta que querramos. Qué debemos preguntarnos para delinear el futuro.
“Ahora es nuestra oportunidad para crear un futuro que esté más cerca de lo que sabemos que los trabajadores han querido desde hace tiempo: más flexible, más virtual, más confiado y permitiendo que las personas combinen mejor el trabajo y el hogar, al tiempo que permita a las organizaciones aprovechar el talento que puede trabajar desde cualquier lugar”, asegura el informe Lo que los trabajadores quieren, realizado por ManpowerGroup .
Y es cierto, hoy podemos empezar a delinear cómo serán los años siguientes y qué tipo de modelo laboral queremos. Pero, para poder lograrlo, es preciso hacerse las preguntas correctas:
Las tareas que pensamos que nunca se podrían hacer de forma remota se han transformado de la noche a la mañana: es un buen momento para preguntar por qué regresar. ¿Qué necesitan los gerentes para liderar de forma remota? ¿Cómo pueden los trabajadores ser más productivos en casa? Esto ayuda a los gerentes a comprender las necesidades de las personas para evitar suposiciones y evitar sesgos inconscientes en su ejecución.
Las habilidades que los empleadores necesitarán en el futuro serán diferentes a las del pasado. Por eso, la fuerza laboral deberá volver a capacitarse y participar en el aprendizaje continuo. Es necesario fomentar el aprendizaje remoto y apoyar a los colaboradores para que aprovechen su tiempo con oportunidades de aprendizaje seleccionadas y alineadas con las habilidades que las empresas necesitan.
Ofrecer a los empleados la oportunidad de trabajar de forma remota no es la única forma de permitir que las personas trabajen de manera flexible y equilibren el trabajo y el hogar. Para los roles que deben realizarse en el lugar de trabajo, se puede ofrecer tiempos de inicio y finalización escalonados, una programación más flexible y comprende las prioridades que las personas deben equilibrar para realizar su trabajo.
Ya no se discute, se debe priorizar el bienestar emocional con la misma importancia que las medidas físicas y organizacionales como la toma de temperatura y el distanciamiento social, para garantizar que las personas estén seguras, saludables y productivas.
Las empresas necesitan generar confianza, escuchar a las personas, responder a sus necesidades y ayudar a los trabajadores a priorizar y recargar energías. La adrenalina inicial de los trabajadores debe cambiar a resiliencia a largo plazo y los empleadores deben liderar esta carga. Cuando el estrés va en aumento y la preocupación número uno en la mente de muchos trabajadores es perder sus puestos de trabajo, es fundamental contar con un liderazgo remoto fuerte, una comunicación transparente y frecuente y una cultura adecuada híbrida entre el lugar de trabajo, el hogar y apoyo para el bienestar accesible.